Unos y cero

Estoy en este rincón aislado y perdido
añorante hacia personas a las que ya no escribo,
me desvivo por gente a la que estimo
pero de vuelta solo recibo indiferencia.

Mis miedos ya no son miedos sino creencias,
la decadencia de la cadencia de vuestro pisoteo,
mis inseguridades algunas fruto de mis carencias,
la vehemencia que sentencia mi tormento.

Se aferra a mí el descontento que impera en mi vida,
buscando por consenso una salida en una cárcel sin puertas,
escuetas son las muestras de afecto que serían tan bien recibidas,
cientos de heridas que no cicatrizan porque aún recuerdan.

Vosotros sois unos, yo me siento un cero a la izquierda,
vagando tras el telón de la tragicomedia en la que vivo,
aunque escueza mi cabeza me dicen que no me rinda y prosiga
y yo lo intento y lo intento pero cada vez tengo menos fuerzas.