Cómo matar a un dios

Como bien muestra la serie 'American Gods', los dioses mueren con la desaparición de los humanos o, al menos, con la desaparición de la fe de éstos. Viven como una idea, un concepto intangible que existe y no existe a la vez, como el género, la belleza, la moral. Nada de eso existe por sí mismo, sino que existe porque nosotros los humanos hacemos que exista con nuestras ideas y lo aplicamos a la realidad, distorsionándola con nuestra mente para que encaje con lo que creemos, a menudo porque nos han enseñado a creer en ello. Somos víctima y verdugo de las ideas, que son nuestras pero a la vez son de otro que estaba antes que nosotros y nos la transmitió, y con ellas nos ponemos grilletes a nosotros mismos y a los demás. Las llaves para liberarse son la capacidad crítica y el pensamiento propio, pero es difícil encontrarlas. A fin de cuentas al final nos acostumbramos a nuestros grilletes, nos han enseñado a acatar desde pequeños y, en el proceso, hemos acabado interiorizando infinidad de cosas sin cuestionarlas.  Nos han educado en esa comodidad de etiquetas, estándares y conceptos de normalidad, ¿y quién iba a querer sacrificar su comodidad por algo que no conoce o que incluso cree que es malo?