No tienes por qué

No tienes que apiadarte
ni darme tu arte sin ganas,
no tienes que desnudarte
por partes el alma en la cama,
no tienes por qué obligarte
a enredarte no me debes nada,
yo solo quiero encontrarte
delante si es de forma libre,
que vayas al volante
con guantes y no te descuides,
y si acabas por cansarte
y marcharte que nada te ancle,
que yo sé cómo quererme
cuidarme y tirar hacia delante.

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