.

- Vaya, has vuelto.
- Nunca me fui. Simplemente no te dabas cuenta de que estaba.
- No sé cómo sentirme con eso. Sabes que quiero que te vayas. 
- Tampoco es que yo quiera estar aquí, no depende de mí.
- Quizás tampoco dependa de mí.
- Quizás no dependa de nadie, quizás simplemente es así y ya está.
- Pues entonces tal vez me sirva no darme cuenta de tu presencia hasta que desaparezca. Pero ahora que me doy cuenta tengo una extraña sensación de comodidad con ella. Como quien se reencuentra con una antigua amistad, o quien vuelve por navidad a visitar a su familia y siente una bienvenida acogedora. 
- Eso es costumbre, y por un lado es buena, pero por el otro es arriesgada. Deberías tener cuidado.
- Qué considerado por tu parte avisarme del daño que me puedes hacer.
- Es lo único que puedo hacer para suavizarlo. Lo demás, con suerte, está en tus manos.

Comentarios

Entradas populares