El posadero

Me manchas de desgana
y me desgastas sin matarme,
me atas a la cama
y me aburres hasta hartarme,
a veces algo cambia
no desgarras ya mi carne
pero a quien le importa
si no hay forma
de sacarte de mi alma.

Intento moldearte
y conducirte donde quiero,
procuro susurrarte
y no decirte lo que pienso,
mi forma de enfrentarte
es mentir cual embustero
hasta autoconvencerme
de que lo que digo es cierto.

Pero tú nunca te marchas
siempre aguardas el momento,
mi lucha sigue en racha
y ya estoy que lo celebro,
pero entonces te me cuelas
como intruso ya al acecho
y contaminas mi cabeza
corrompiendo mi cerebro.


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