Qué bonito es el viento

Qué bonito es el viento, bailando entre las hojas y corriendo entre los edificios, a veces hacia algún sitio y otras sin un rumbo fijo, casi indescifrable, pero si te detienes a verlo, no mirarlo sino verlo, quizás empieces a entenderlo. Si lo entiendes lo suficiente quizás aprendas a moverte como él, bailando entre las hojas y corriendo entre los edificios, como un redoble de palmas, un contrapunto. Y si la viérais a ella entenderíais que es viento, si la viérais de verdad. No su cuerpo, no su ropa, su alma conteniendo en sincronía tango y swing, tecno y soul, la forma de moverse por el mundo libre y suya, llevada por el impulso del momento. Qué bonito es el viento.