Fuego y hielo

Cómo decirte que te echo de menos,
que me escuecen los recuerdos,
que me pierdo cuando sueño despierto
con tus abrazos,
los retazos a tu lado, los momentos de descanso,
que te pienso cuando paro y por eso me distraigo,
intentando esquivar mi memoria, bala perdida,
amaneciendo en la terraza, tú de compañía,
eres la espina en mi coraza, sangre como tinta.

Cómo decirte que sigo creciendo,
si me escondo entre mis versos
porque no me atrevo a hablarte,
me limito a mirarte a escondidas
y digan lo que digan sé que hiciste bien,
te escriba o no te escriba recuerdo nuestro edén,
nada de satén y pétalos,
preso de Dédalo en este laberinto de cobardía deseando que sonrías,
que ilumines la mañana cuando sale el sol proyectando lo que inspiras,
libre como el aire, como una melodía,
un instante de esperanza que da briznas de vida.

Cómo decirte que te temo,
que eres fuego y yo soy hielo,
que tengo miedo de acercarme
y que derritas mis defensas,
secuelas del camino,
no quiero que me duelas, no quiero verme en llamas,
no quiero que te acerques, no quiero que te vayas,
contradicción constante entre instantes de fuerza y cordura, pasión y locura,
tu ausencia es como un mes en ayunas,
un puzle sin guía ni ayuda,
una noche sin la luz de la luna,
vagando entre dunas, viviendo entre dudas,
escribiendo mensajes que nunca te envío,
como un navío que se hunde y no llega a su destino.