Entre invierno y Atocha
No sé si escribo porque vivo
o vivo porque escribo,
y digo lo que digo
porque sigo en mi camino de obras,
cambiando con las estaciones
entre invierno y Atocha,
en un limbo entre el vacío y el infierno
de mis ideas rotas,
brotando a todas horas pensamientos
como hordas de atacantes,
yo un luchador con experiencia
medio paso por delante,
manteniendo el semblante
mientras busco estabilidad,
esta habilidad de introspección
como arma de doble filo,
y así apilo noches en vilo
baile y vinilo,
un hilo y otro hilo
y voy tejiéndome a mí mismo,
pasando del abismo al cielo
con altibajos de montaña rusa,
excusas convincentes
que ya no me convencen,
memeces que a veces me mecen
y a veces me vencen,
pero ahora me siento más fuerte
en mi fortaleza,
aprendí de la luz de Hortaleza
que tanto me ha enseñado,
la locura de estar cuerdo
en este mundo condenado.
Comentarios
Publicar un comentario