La cresta de la ola
Me arrastras como la marea de un tsunami absorbido entre tus aguas, disfrutando de las vistas desde la cresta de la ola sabiendo que tarde o temprano romperemos sobre la costa y todo se vendrá abajo. Una caída libre hacia el abismo mientras intento apresuradamente aprender a planear para suavizar la caída, pero si os soy sincero el riesgo de darme la hostia del siglo se compensa con tan solo escuchar su risa. Me hace sentir como si mi corazón estuviera a punto de estallar, como si fuera incapaz de contener tanta emoción y ésta se me acumula porque no tengo con quién desahogarla en forma de palabras (y por eso escribo esto). Pero no pienso dejarme volver a depender de ti, ni de nadie más, no depositaré de nuevo en los demás esa responsabilidad. Confío en mí pues he aprendido a quererme, y aunque es innegable que me sentiría feliz de tenerte en mi vida, también he aprendido a sentirme a gusto sin nadie tan importante para mí a mi lado.
Comentarios
Publicar un comentario