Fuego

Su cuerpo alberga una llama más grande que mi corazón, un fuego que podría devorar el mundo si no estuviera contenido en ella. Si miras a través de sus ojos puedes ver cómo ese fuego late en su interior, si la ves moverse puedes observar cómo chisporrotea como oleadas de llamas. Si la tocas te prende, pero incluso con mirarla notas el calor que desprende. Enciende mis motores más salvajes y olvidados, noto chirriar los engranajes del deseo que despierta en mí. Soy lo menos posesivo pero un instinto animal que se apodera de mí me hace querer poseerla toda la noche. Quiero sentir su calor recorriendo cada centímetro de mi cuerpo, unirnos en un amasijo de piel y movimiento que con la fricción aumente todavía más la temperatura. Quiero que perdamos la cabeza y nos dejemos llevar por la incendiaria locura de esa lujuria que nos desboca. Que de su boca emanen gritos como llamaradas que aviven más los grados de nuestro ser, que se fundan sus uñas en mi espalda y las mías en la suya al agarrarnos para no dejarnos huír, como si la chispa de la vida se nos fuese a escapar si no lo hiciéramos. Quiero sonrojarme por el calor en lugar de por timidez al sentir sus muñecas bajo mis manos y calentarnos aún más, en lugar de apagarnos, con la humedad que brotase del placer como si de combustible se tratase.

Comentarios

Entradas populares