Cuesta abajo

Solo quiero querer algo, solo quiero no estar solo, salir de este pozo sin fondo pero me sumerjo en vez de intentar escalar. No encuentro mi lugar, tal vez se perdió junto a mi motivación y ya solo me decepciono entre las paredes de este cuerpo que es a la vez vehículo y cárcel. Me perdí en un baile de la muerte con mi propia mente y ahora ya es demasiado tarde, el ritmo se acelera y decrece sin lógica aparente y esto no hay corazón que lo aguante. Soy un ladrón de guante blanco que robé lo más preciado para mí: mis propias ganas de vivir. A veces olvido por qué sigo, pues por irracional que sea siento que mi sino no es más que estar muerto hasta que mi cuerpo perezca. Algunos piensan que es pereza, pero lo que me da pereza es su falta de inteligencia emocional. No tienen ni idea de lo que es estar en mi cabeza, no saben lo que es ver cómo, sin poder controlarlo, se te hace un mundo de un grano de arena. Y ojalá nadie supiera lo que es, aun si eso me dejara aún más solo, porque prefiero cargar a cuestas con esto siendo un incomprendido antes que ser comprendido gracias a que otras personas sufran de formas similares.

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