Mi monstruo del armario

No solamente a solas me asolas,
siempre me acompañas,
me desolas a deshoras,
me enredas con telarañas.

Te noto en mis migrañas,
mis entrañas sacudidas,
con sonrisas tú me engañas
y reabres mis heridas.

Eres mi querida pesadumbre,
la cumbre de mis males,
eres llanto y podredumbre,
no vas a abandonarme.

Siempre mía y siempre tuyo,
intento huir en vano,
eres la sombra que me inmola
asolando como el sol en verano.

Tus palabras penetrando
mi cabeza, dejando grietas,
intento hacerme el fuerte
pero es solo una apariencia.

Infectas mis ideas,
distorsionas esta realidad,
alejas de mí a la gente
y me haces sufrir en soledad.

Eres mi falsa sinceridad,
mi más dulce amargura,

eres el frío que me quema,
medicina que no cura.

Supuras negatividad
con argumentos realistas,
pintas mi mundo de negro,
mi esperanza hace tiempo extinta.

Usas de tinta mi sangre,
mi piel es tu bloc de notas,
me rompes dentro y fuera
construyendo mi derrota.

Brotas de la oscuridad,
mi monstruo del armario,
me desuellas con tus garras
y no puedo remediarlo.

Intento que no me controles

pero ya tienes el mando,

dejas mi piel en rojo

y mi cabeza nunca en blanco.

Me acostumbro a tu amargura

cada día hasta dormir,

combatirte siempre es duro

como duro es existir.

Entre la apatía y la anhedonia

apagas mi calor,

haciendo que busque sentir algo
aunque solo sea dolor.

Yo tan hidalgo

y tú tan egoísta,

estoy condenado

desde que escribiste mi nombre en tu lista.

Siempre lista para atacarme,

nunca me das tregua,

desgarras hasta mi carne

cuando te doy rienda suelta.

Nunca te alejas demasiado,

incluso en mis buenos momentos,

vuelves si me echas de menos,

muerdes cuando menos lo espero.

Siempre te espero,

sin ti me falta algo,

eres la pieza de un puzle

que jamás será acabado.

Trastornado por tu tacto,

con tu roce ya me vences,

mi cabeza es tu palacio

y lo usas como quieres.

Vas y vienes a tu aire
en forma de depresión crónica,
intento gritar por ayuda
pero dejaste mi voz afónica.

Tú tan irónica como la vida,
yo tan ingenuo como un niño,
me seduces con mentiras
y aún sabiéndolo me fío.

Soy tu chiste de humor negro,
tu juguete favorito,
tú eres la espada que me empuja
más y más hacia el abismo.

Mis sonrisas espejismos,
me llenas de vacío,
te suplico que pares
pero ignoras mis quejidos.

Mis emociones son intensas,
para bien y para mal,
tú siempre pones de tu parte
colmándome de ansiedad.

Eres pura maldad,
disfrutas de mi sufrimiento,
dejaste mi vida en ruinas
mientras yo deconstruyo mis cimientos.

Mis sentimientos son caos,
tú el ojo de la vorágine,
y yo sin un ápice de fuerza
esperando a que te sacies.

No soy nadie sin ti
pero no soy nada contigo,
le tengo pánico a la muerte
pero ojalá cesen mis latidos.

Das sentido a no querer sentir
y he sentido no querer vivir,
ya no sé lo qué sentí sin ti,
solo sé que no sé cómo seguir.

Siempre me sigues y me acosas,
eres mi bully personal,
tras dañarme me compras rosas
intentándolo arreglar.

No hay regalo que compense
los cortes de tus espinas,
pero no me dejas salida,
tú siempre tan posesiva.

Eres opresiva y me hundes,
tengo la autoestima por los suelos,
contigo vivo una pesadilla
y solo sueño con dejar de tener sueños.

No soy dueño de mí mismo
y no vivo, sobrevivo,

cada noche cierro los ojos

deseando no volver a abrirlos.