Yesca y pedernal
Eres deporte de riesgo, fuerza gravitatoria,
eres ese vértigo que precede a la euforia,
eres el fuego latente de las minas de Moria,
eres la satisfacción de no necesitar la victoria.
Eres la inspiración de crear nuevas memorias,
la risa contagiosa en mi vacío existencial,
eres el arte que rompe esta sucia sociedad,
que le den a la distancia, estudiémonos de forma presencial.
Es esencial saber comprenderte, no juzgarte,
juguemos como niños, libres por un parque,
algunos necios se limitan a querer saborearte,
pobres ignorantes que no entienden lo que tienen delante.
Yo soy yesca y tú pareces ser el pedernal,
con tu sonrisa prendes este páramo invernal,
harto de hibernar, déjame escuchar
la melodía de tus átomos vibrando al natural.
Un sideral efecto colateral es estar vivos,
un delicado azar por los siglos de los siglos,
no creo en el destino pero habernos conocido
era tan poco probable que, ¿cómo no estar agradecido?
Y me siento lúcido en esta plácida comodidad,
hablar hasta dormirnos que el mañana ya vendrá,
aunque a veces caiga ante mi propia oscuridad,
al perderme entre tus brazos el caos deja de importar.
Es un problema, tengo la ansiedad como lema,
trastornos de la personalidad corriendo por mis venas,
no sé qué hacer con mi vida, es algo que me quema,
pero es que al ver esos ojazos se me rompen los esquemas.
Noches en vilo entre tus sábanas soñando despierto,
mis ojos te perciben como versos formando cuartetos,
soy un zombie insaciable, adicto a tu cerebro,
y es que el mejor obsequio es cuando me prestas tu tiempo.
Joder, que el M no me sube pero tú me elevas,
hemos desaprendido pa' romper nuestras cadenas,
me haces sentir a gusto si te hablo de los temas que me amargan,
me demuestras comprensión con caricias y palabras.
Consigues que me abra, como hizo en Troya Grecia,
por tu rostro palidece de envidia la diosa Freya,
quiero divagar sobre el universo y su trascendencia,
que con tus ideas deberías ser protagonista de epopeyas.
Tú entiendes mis heridas y las besas,
una flor que se abre paso entre la mala hierba,
iluminas el camino, luna llena,
llegas y conviertes mi réquiem en tragicomedia.
Me ardes por dentro como un chupito de absenta,
eres causa recurrente en el síndrome de Stendhal,
he vivido mil guerras pero tú me aportas paz,
soy un pájaro herido que se muere por poder volar.
No coartamos nuestra libertad, la compartimos,
entre mimos y suspiros, sonrisas sin compromiso,
lágrimas de fénix, cicatrices que se cierran,
mi vida es un otoño y tú me traes la primavera.
Eres naranja entera, viento volando libre,
eres mi calma, y la tempestad que la prosigue,
eres una bonita estrella salpicando el cielo nocturno,
eres mis ganas intensas de disfrutar de estos segundos.
un delicado azar por los siglos de los siglos,
no creo en el destino pero habernos conocido
era tan poco probable que, ¿cómo no estar agradecido?
Y me siento lúcido en esta plácida comodidad,
hablar hasta dormirnos que el mañana ya vendrá,
aunque a veces caiga ante mi propia oscuridad,
al perderme entre tus brazos el caos deja de importar.
Es un problema, tengo la ansiedad como lema,
trastornos de la personalidad corriendo por mis venas,
no sé qué hacer con mi vida, es algo que me quema,
pero es que al ver esos ojazos se me rompen los esquemas.
Noches en vilo entre tus sábanas soñando despierto,
mis ojos te perciben como versos formando cuartetos,
soy un zombie insaciable, adicto a tu cerebro,
y es que el mejor obsequio es cuando me prestas tu tiempo.
Joder, que el M no me sube pero tú me elevas,
hemos desaprendido pa' romper nuestras cadenas,
me haces sentir a gusto si te hablo de los temas que me amargan,
me demuestras comprensión con caricias y palabras.
Consigues que me abra, como hizo en Troya Grecia,
por tu rostro palidece de envidia la diosa Freya,
quiero divagar sobre el universo y su trascendencia,
que con tus ideas deberías ser protagonista de epopeyas.
Tú entiendes mis heridas y las besas,
una flor que se abre paso entre la mala hierba,
iluminas el camino, luna llena,
llegas y conviertes mi réquiem en tragicomedia.
eres causa recurrente en el síndrome de Stendhal,
he vivido mil guerras pero tú me aportas paz,
soy un pájaro herido que se muere por poder volar.
No coartamos nuestra libertad, la compartimos,
entre mimos y suspiros, sonrisas sin compromiso,
lágrimas de fénix, cicatrices que se cierran,
mi vida es un otoño y tú me traes la primavera.
Eres naranja entera, viento volando libre,
eres mi calma, y la tempestad que la prosigue,
eres una bonita estrella salpicando el cielo nocturno,
eres mis ganas intensas de disfrutar de estos segundos.
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